El virus de Ébola, causante de la fiebre hemorrágica, pertenece a la familia de virus ARN Filoviridae y género Filovirus; que fue identificado por primera vez en Sudán y la República Democrática del Congo en 1976, donde se reportaron 318 casos y 280 fallecidos. Posterior a esto se han registrado dieciséis brotes de Ébola, con un número de enfermos que ha oscilado entre 1 y 14100 pacientes. En el momento, continúa siendo una de las epidemias más peligrosas desatadas en África, ya que se han presentado tasas de mortalidad del 80 al 90%.
La transmisión puede darse de forma zoonótica, siendo los huéspedes varias especies de murciélagos frugívoros (Hypsignathus monstrosus, Epomops franqueti y Myonycteris torquata) o por transmisión entre humanos por el contacto directo con secreciones de la persona infectada, el periodo de incubación puede variar de 2 a 21 días, con un promedio de 8 a 10 días.
La sintomatología se caracteriza por ser similar a un resfriado común, el paciente presentará fiebre, malestar general, generalmente asociado a mialgias, artralgias, cefalea. Posterior a esto, se presentarán síntomas gastrointestinales como náuseas, vómito y diarrea, en algunos casos pueden presentar disfagia. En las etapas más tardías puede presentar hemorragias, compromiso del sistema nervioso central y muerte. El sangrado visible no es un signo de aparición temprana, se presenta en etapas tardías, asociado también a falla multiorgánica y choque.
Fuente: Historia natural de la Enfermedad por el Virus del Ébola. Centros para el Control y Prevención de Enfermedades. CDC (15)
Las complicaciones asociadas a la infección por el virus del Ébola en su etapa avanzada son: encefalitis, insuficiencia renal, hepática y respiratorias. Estas 3 últimas pueden presentar recuperación completa, pero las complicaciones neurológicas generalmente son la principal causa de muerte.
Antes de realizar el diagnóstico, se deben descartar otras patologías como malaria, fiebre tifoidea o meningitis. Pero si se sospecha, las pruebas actualmente recomendadas por la OMS son:
- Para el diagnóstico sistemático, las pruebas de ácidos nucleicos (PAN) automatizadas o semiautomatizadas.
- Las pruebas rápidas de detección de antígenos en zonas remotas en las que no estén disponibles las PAN. Estas pruebas se recomiendan para el cribado en las actividades de vigilancia, pero los casos reactivos deben confirmarse mediante PAN.
Por el momento no se cuenta con un tratamiento específico para la infección por el virus del Ébola, el tratamiento se enfoca en mejorar la sintomatología. En los casos graves requerirán manejo en UCI, se recomienda evitar el uso de ASA y AINES por el riesgo de sangrado. En algunos hospitales de África se recomiendan transfusiones sanguíneas de sobrevivientes, ya que se cree que los anticuerpos del paciente que se ha recuperado ayudarán a bloquear el desarrollo del virus y mejorarán los síntomas.
En paciente que han logrado superar la infección por el virus del Ébola han reportado secuelas como: artralgias migratorias, mialgias asimétricas, cefalea, fatiga, amenorrea, alteraciones auditivas (tinnitus, pérdida auditiva, entre otras), parotiditis supurativa y orquitis unilateral.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) dirigió un estudio en el 2015 en conjunto con el Ministerio de Salud de Guinea y el Instituto de Salud Pública de Noruega, en el cual se prueba la afectividad de la vacuna experimental denominada rVSV-ZEBOV, donde se logró demostrar una protección contra el virus. Entre los 5837 sujetos que recibieron la vacuna no hubo casos de Ébola 10 o más días después de la vacunación, mientras que en los que no recibieron la vacuna se reportaron 23 casos.
Las recomendaciones estándar para el manejo de paciente con infección por Ébola son:
- Higiene de las manos.
- Uso de guantes.
- Protección facial.
- Bata.
- Limpieza del ambiente.
- Ropa blanca (Se recomienda ropa blanca para identificar con mayor facilidad la contaminación con fluidos como sangre).
- Eliminación de desechos.
Aunque en Latinoamérica no se han registrado infecciones por Ébola, es importante que conozcamos de esta enfermedad, qué la causa, cómo puede prevenirse y cómo puede tratarse. La reciente pandemia por COVID-19, nos recuerda que la propagación a escala mundial del virus del Ébola es posible y si comparamos la tasa de letalidad del 32% por COVID-19 (máximo en algunas regiones) al 90% por virus del Ébola, entendemos que su impacto sería mucho mayor.
Referencias:
- Enfermedad por el virus del Ebola. Organización mundial de la salud. 2021
- Ponce L, Erazo K, Martínez R. Ébola, una verdadera emergencia mundial. Acta Pediátrica Hondureña, Vol. 6, No. 2 /octubre 2015 a marzo 2016
- Galan J. La Fiebre del Ébola: una zoonosis mortal. Sanidad militar de España. 2020
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